Escrito por: Carlos - Ecuador
Fue el 25 de diciembre del 2006, fui de vacaciones al campo, un lugar para recrear mi mente.
Fue en la mañana que salí a pasear con mis primos y entonces, en el transcurso del camino, se presentó un niño vestido con traje casual de negro y un corbatín y nos pidió ayuda para ir a buscar a su cabra. Nosotros nos reimos de él por ver lo ridículo que nos dijo.
Caminamos con él hasta pasar por el cementerio de Portiviejo cuando nos dijo que entremos para buscar a su cabra, nosotros le dijimos como respuesta: "no andá tú solo, hasta aquí te acompañamos". Luego decidimos a seguirlo sin que se diera cuenta.
El cementerio era muy antiguo y tenía mucho monte, un lugar perfecto para una cabra pero un lugar no muy seguro para un niño. Cuando vimos lo inesperado, llamamos al niño y ya no lo veíamos. En ese momento, encontramos a una cabre y entonces dedujimos que nos decía algo y la seguimos. Se detuvo en una tumba donde encontramos la foto del niño, cuya fecha de vida era de 1900-1907.
Salimos asustados y mi prima se cayó, y cuando fui a ayudarla, vimos a la cabra y al niño jugando. Esto sucedió de verdad.
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